Maria Ezcurra
Jessica Berlanga Taylor, 2011
Texto de sala para la exposición "Maria Ezcurra. Asuntos domésticos." Espacio México, Montreal, Quebec, Canadá, Diciembre 2011.
La obra de Maria Ezcurra involucra una serie de negociaciones poéticas
que exploran las tensiones entre lo íntimo y lo público, además de sus
preocupaciones estéticas y políticas. A partir del uso de telas y otros
materiales suaves, la artista se involucra con temas de posicionamiento,
así como las consecuencias mentales, físicas y emocionales que surgen
del desplazamiento entre y a través de estados intelectuales, espaciales
y psíquicos. Las esculturas de Maria Ezcurra, elaboradas en casa e
íntimamente relacionadas con sus roles de esposa, madre y artista, se
extienden desde lo doméstico hasta el espacio urbano, enfatizando que lo
que es personal es también público y por lo tanto político. Al
compartir su propia situación y confesar sus ansiedades, la artista nos
invita a hacer lo mismo, a entender nuestro propio potencial para
convertirnos en creadores de sentido y producir un organismo social
colectivo, conectado a través de experiencias compartidas. Todos estamos
constituidos por experiencias sociales propias que informan a nuestras
mentes y cuerpos donde sea que estemos, tanto en espacios domésticos
como en lugares públicos. Al remitirnos a los lugares físicos,
discursivos y afectivos que ocupamos, Maria Ezcurra nos invita a
reflexionar sobre las dificultades que implican estas negociaciones
constantes y diversas sobre quiénes somos, dónde estamos y qué hacemos. I
shouldn’t (No debería), 2011, está compuesta por una serie de cilindros
de tela que crean una columna en cuyos sobrantes, expuestos alrededor,
la artista bordó verbos como existir, gustar, oponer, necesitar,
rechazar, querer, beneficiar, entre otros. En una sociedad estructurada
por diferencias de género, estas son acciones que han sido
históricamente negadas a las mujeres, limitando los territorios en los
cuales sus deseos pueden emerger. Flesh and Blood (Carne y Hueso), 2011,
es una segunda serie de círculos de tela roja y negra. Grace, Hope y
Prudence (Gracia, Esperanza y Prudencia), así como Soledad, Consuelo y
Socorro son nombres femeninos así como una serie de virtudes y valores
que se espera tenga una mujer. La habilidad de la artista para jugar con
la posición que ocupa dentro de una determinada estructura social
denota su fuerte deseo de cuestionar no sólo los patrones sociales
establecidos, sino también su propia responsabilidad al perpetuar estos
esquemas. La obra que presenta en Affaires domestiques, así como su
producción artística anterior, son una invitación a cuestionar la manera
en que estamos condicionados a producir y consumir ideas, valores y
emociones. Al alterar esta dinámica con obra que actúa en nuestros
cuerpos -utilizando color y contrastes táctiles, texto y diversas
formaciones espaciales-, efectivamente causa incertidumbre, pero también
amplía las posibilidades de resistencia y la rearticulación de nuestra
existencia individual y colectiva. Maria Ezcurra revela que si sus
propias experiencias, que incluyen el defender sus decisiones como
esposa, madre, artista y otras identidades complejas, pueden crear
significado, los nuestros son poética y políticamente significativos también.